En el tango, al igual que en la vida, se necesitan dos.
Todo parte con dos miradas... Una que invita y otra accede. Continúa con la mano extendida, y la otra que acepta.
Luego dos brazos que se entrecruzan.
Dos cuerpos que comienzan a dibujar una obra de arte en una pista de baile.
Es el tango.. Mezcla exacta de sensualidad y pasión. Complicidad entre quien crea y la que se deja guiar.
Un juego de seducción, descubrimiento y, por sobre todo, de vida .
Esa que fluye sin palabras...
Desde el instante en que el brazo del hombre envuelve el talle de la mujer. Y ella el cuello de su pareja.
Dos personas hechas una... Sin morbo, pero sí con mucha pasión
No se requieren palabras...
Es como si escucháramos el corazón del otro, adivinamos sus pasos, registramos su emoción.
A veces su ansiedad, otras su sorpresa.
Se transmiten sus vivencias en un diálogo secreto de preguntas y respuestas.
A veces ruego, otras exigencia.
Es el tango...
más que un simple ritmo...
un modo de vida
Carlos Alberto López P.
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